Una vez una vieja gorda le dijo a su marido que iban a hacer régimen para bajar de peso, lo único que iban a comer era un grano de arroz en las comidas. Empezaron el régimen con mucho entusiasmo y en cada comida la vieja le servía un grano de arroz a su marido y ella comía lo mismo, después el hombre se iba a trabajar.
Como era lógico el hombre empezó a adelgazar, pero la mujer seguía igual de gorda. Cada vez que el hombre se iba a trabajar la mujer sacaba unos ricos manjares y comía hasta quedar satisfecha, el hombre cuando regresaba del trabajo solo comía un grano de arroz y quedaba con mucha hambre y le decía a su mujer que no podía más y ella le contestaba ¡parece que aguanto!.
Al cabo de un tiempo el hombre enfermó y estaba agonizando en su cama, justo en ese momento una persona que lo vino a visitar traía de regalo unas empanadas y el decía entre murmullos; ¡todas, todas!, la vecina le pregunto a la vieja que quería decir y esta le dijo: me dice que todas las cosas me las deja a mí, en realidad el pobre hombre quería que le dieran todas las empanadas para saciar su hambre. El hombre murió de hambre y la vieja gorda se quedó con todos sus bienes.
FIN