domingo, 19 de septiembre de 2010 | By: BORDADOS RV

El Granito de Virtud




Este es un cuento de Pedro Urdemales:

Una vez Pedro tenía un granito de trigo y le dijo a una señora que estaba lavando ropa, que se lo guardara y ésta le dijo: déjalo por ahí. Pasaron unos días y Pedro volvío a buscar su granito de trigo y la señora le dijo que la gallina se lo había comido, Pedro dijo que ese era un granito de virtud y que ahora tenía que llevarse la gallina, la señora dijo: ¡ como te voy a dar la gallina si vale más que el granito de trigo! ¡ vamos donde el juez! y así lo hicieron, el juez le dió el favor a Pedro y éste se llevó la gallina.

Pedro se fué con su gallina a otro lado y a una señora le dijo que le cuidara la gallina, ésta le dijo que bueno. La señora tenia una chancha, la que se comió a la gallina. Al cabo de unos días Pedro regresó a buscar su gallina, pero la señora le dijo que no se la podía devolver porque la chancha se la había comido, entonces Pedro dijo que su gallina era de virtud y tenía que llevarse la chancha, la señora se negó y le dijo: ¡vamos donde el juez! y éste le dió el favor a Pedro y se llevo la chancha.

Pedro siguió su camino y llegó a una casa y le pidió a una señora que se la cuidara, ésta le dijo: déjala por ahí, pasaron unos días y Pedro vino a buscar la chancha, pero la señora le dijo: no te la voy a poder devolver porque la ternera se comió a la chancha, Pedro dijo entonces me tengo que llevar a la ternera porque mi chancha era de virtud, la señora dijo: ¡vamos donde el juez! y el juez le dió el favor a Pedro y éste se llevo la ternera.

Pedro se fue con la ternera y llegó a un palacio y le pidió a una señora que se la cuidara, ésta le dijo: ¡déjala por ahí!. Pasaron varios días y Pedro volvió buscando su ternera, la mujer le contó que a la princesa se le habían antojado lomitos de ternera y se la había comido. Entonces me tengo que llevar a la princesa porque mi ternera era de virtud y el rey dijo que no y que tenían que ir al juez. El juez le dió el favor a Pedro y éste se llevó la princesa adentro de un costal.
Pedro llegó luego a la casa de una bruja para que le cuidara el costal y se fue a una posada a buscar alojamiento, mientras andaba en eso, la bruja sintió gemidos adentro del costal y lo abrió, encontrando a la princesa y exclamo:¡ que anda haciendo mijita con este sinvergüenza! ¡vayase de aquí! y la princesa se fue a su palacio. La bruja tenía un perro viejo y rabioso y lo puso adentro del costal. Cuando llegó Pedro a buscar su costal, la bruja se lo entregó y Pedro se fue camino de la posada, a medida que andaba sentía los gemidos y Pedro decía. ¡Quedese tranquilita mijita, ya vamos a llegar al alojamiento!, cuando llegaron Pedro se bañó y cambió de ropa y muy perfumadito abrió el costal y en ese momento saltó el perro rabioso mordiéndolo por todos lados.

Pedro por ambicioso se quedo sin granito, sin gallina, sin chancha, sin ternera y sin la princesa, lo único que logró fueron mordidas del perro.

                                                                        FIN

2 comentarios:

M. Teresa dijo...

Muy buenos cuento, muy entretenidos tia!

M. Teresa dijo...

Muy entretenidos los cuentos!

Mate

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